
Salir a correr parece simple: pones un pie delante del otro y repites. Pero si has corrido más de diez kilómetros, sabes que el demonio está en los detalles. Y uno de los más subestimados —hasta que te rozan los muslos como dos jamones peleando en la feria— es el bendito short de running.
En este post te explico, sin vueltas, qué tipos de shorts existen para correr, qué debes considerar al elegirlos, y por qué unos te harán sentir libre como gacela africana… y otros, como si llevaras una carpa de camping amarrada a la cintura.
1. Split Shorts: Los Fórmula 1 del running
También conocidos como “los cortitos del valiente”, estos shorts tienen aberturas laterales que permiten una zancada sin restricciones. Son la opción favorita de corredores de pista, fondistas y cualquiera que mida su rendimiento en segundos.
– Pros: libertad total de movimiento, livianos como pluma, ventilación garantizada.
– Contras: si no tienes confianza en tus piernas (o en tus calzoncillos internos), prepárate para sentirte… expuesto.
– Ideal para: competencias, entrenamientos rápidos, runners que ya dejaron la vergüenza en el kilómetro 3.
2. Shorts 2 en 1: Tecnología y dignidad
Este diseño combina un short exterior con un calzón interior tipo boxer o lycra. Proveen sujeción y evitan el roce sin sacrificar estilo ni protección.
– Pros: eliminan la necesidad de ropa interior, protegen tus partes nobles del rebote y de la fricción.
– Contras: algunos pueden sentirse demasiado calientes en climas extremos.
– Ideal para: entrenamientos largos, trail running, corredores urbanos que valoran tanto el rendimiento como la discreción.
3. Shorts tipo Lycra: los de “aquí no se mueve nada”
También llamados tights o mallas cortas, se ajustan al cuerpo como segunda piel. Común en triatletas, trail runners y quienes quieren soporte muscular.
– Pros: cero rebote, cero roce, bolsillos ocultos.
– Contras: pareces ciclista fuera de ruta.
– Ideal para: carreras largas, trail, quienes priorizan funcionalidad.
4. Shorts clásicos: los de “me compré esto en oferta”
Los típicos shorts deportivos de tienda. Cómodos, pero no diseñados para correr largas distancias.
– Pros: baratos, multiuso.
– Contras: se empapan con el sudor, rozan, sin soporte.
– Ideal para: principiantes, trotadores ocasionales.
5. Shorts de compresión larga: nivel “Ironman en ciudad”
Como los tights, pero hasta la rodilla. Comprimen los músculos y reducen vibración.
– Pros: soporte muscular, recuperación, cero fricción.
– Contras: pueden dar calor, parecen traje de superhéroe.
– Ideal para: entrenamientos exigentes, recuperación, corredores técnicos.
6. Speedos: Minimalismo técnico con pedigrí de triatlón
Aunque para muchos sean un chiste visual, los speedos fueron la opción legítima de muchos triatletas en los 80 y 90. ¿Por qué? Porque eran eficientes: menos peso, menos tela, más velocidad.
– Pros: ultralivianos, secado rápido, sin fricción.
– Contras: sin soporte muscular, sin bolsillos, alto nivel de exposición.
– Ideal para: triatlones cortos, entrenamientos en playa, corredores nostálgicos.
Dato freak: Mark Allen, seis veces campeón del Ironman de Kona, corría en speedos. Y nadie se atrevía a decirle nada.
¿Y qué pasa con los bolsillos?
Ah, los benditos bolsillos. Algunos shorts traen uno chico con cierre para la llave. Otros, como los de trail, tienen cinturones completos integrados. Si corres más de 45 minutos, tu short *debe* pensar en eso. Si no… bienvenido al club de “se me cayó el Gatorade entre los arbustos”.
¿Y el largo ideal?
La longitud lo es todo, y no lo es. Depende de tu objetivo:
– Split o 3” (cortísimos): rendimiento puro.
– 5”: equilibrio entre libertad y cobertura.
– 7” a 9”: más cobertura, menos rendimiento, más comodidad.
En resumen: cuanto más largo el short, más conservador (o más trailero) tiendes a ser. Y eso está bien.
Cierre con broche de sudor
Correr es libertad. Pero esa libertad puede sentirse como tortura si usas el short equivocado. Así que invierte en uno bueno. Tu piel y tu dignidad te lo van a agradecer.
Y recuerda: más importante que cuánto corres, es cómo te sientes mientras lo haces. Y sí, a veces un buen short puede marcar la diferencia entre abandonar en el kilómetro 6… o llegar al 21 con estilo.
¿Tienes short favorito o trauma textil que quieras compartir? Los comentarios están abiertos.